¿Es malo el árbol de navidad?
¿Es malo el árbol de navidad?
por Pablo Sparta
El “arbolito de navidad” es parte de la decoración navideña contemporánea. En general, el 8 de diciembre se arma y se desarma un mes después, luego de celebrar el paso de los “reyes magos”. Los chicos esperan con mucha ilusión el armado del árbol navideño, su colorido y luces parecen agregar un poco de alegría a la época de las fiestas.
Hay algunas personas que son muy reticentes a esta tradición, pues piensan que es parte de un culto pagano y que al armarlo (o estar en su presencia) de alguna manera están invocando algo diabólico. Aquí va una breve e interesante explicación.
El árbol de navidad ¿diabólico?
1. Es el “antídoto” a los árboles paganos
Cuenta la tradición que durante el siglo VIII, en una región de Alemania se veneraba al dios Thor mediante un roble consagrado a su nombre. Al parecer, cada año en invierno, se le dedicaba un sacrificio al pie de ese roble. Cuando llegó a ese lugar el misionero cristiano Bonifacio en el año 740, no pudo resistir ese culto pagano y tomando un hacha, cortó el árbol ante la mirada asombrada de los presentes. Luego de hacerlo les predicó el mensaje del cristianismo leyendo algunos párrafos de los evangelios. Finalmente, para combatir esta práctica del roble pagano de los sacrificios, puso un abeto (pino) en su lugar como un símbolo del amor eterno de Dios y de la vida eterna… un símbolo bien elegido porque las hojas del abeto son perennes, es decir, nunca mueren y caen… ¡tal el cual el amor de Dios y la vida eterna que el ofrece!
Así que el árbol de navidad no sólo no es pagano, sino que es una elocuente respuesta cristiana a las prácticas paganas.
2. Las cosas diabólicas
En la época del apóstol Pablo existía la práctica de sacrificar animales a diversos falsos dioses paganos. Esos animales luego se comían en una ceremonia en el templo, o se terminaban de comer en las casas como continuación de esa ceremonia. Lo que sobraba, se enviaba al mercado para su venta.
Había cristianos en esa época que pensaban que los demonios que se encontraban por detrás del ídolo todavía ejercían su influencia maligna en la carne sacrificada y la “contaminaban”, haciéndolas así impropias para el consumo por parte de los creyentes1.
Pablo argumenta que para los que conocen a Dios, los ídolos no tienen ningún poder: “sabemos que un ídolo no es absolutamente nada, y que Dios hay uno sólo” (1 corintios 8:4). Y luego fue muy claro en su respuesta “Pero lo que comemos no nos acerca a Dios; no somos mejores por comer y ni peores por no comer” (1 corintios 8:8). Añadido a esto, el Señor Jesús habilitó el uso de todos los alimentos diciendo que “nada de lo que entra en una persona puede contaminarla” (Marcos 7:18-19). Entonces: los objetos no son ni buenos ni malos, no importa que hayan hecho con ellos. Lo importante, no es lo que el objeto es, ni lo que otro haya hecho con él… sino lo que yo mismo hago con el objeto. En palabras de Jesús: “lo que sale de la persona es lo que lo contamina… [los] males vienen de adentro y contaminan a la persona”. Los objetos materiales no pueden hacerme nada, lo de “afuera” no puede hacerme nada. Son mis intenciones hacia las personas y las cosas las que me envenenan y contaminan. No importa si es carne sacrificada a los ídolos… o el árbol de navidad, papá Noel, determinada vestimenta o cualquier otra cosa: siempre lo importante es mi actitud, mi pensamiento, mi intención.
Así que si uso un objeto para mostrar mi fidelidad a un ídolo, entonces el uso de ese objeto será malo. Si lo hago de buena conciencia, será bueno. El significado lo doy yo, y no el objeto simbólico.
Aplicado al árbol de navidad, si lo uso para un fin bueno o neutro, estará todo bien. Puedo usarlo para anunciar que están llegando las fiestas, para recordar el nacimiento de Jesús o para alegrar la casa, y no habrá ningún problema. Si yo quisiera transformalo en malo, tendría que armar el “arbolito” y hacer saber a los demás que eso para mi significa adorar a un ídolo… o directamente hacer un sacrificio bajo sus ramas. Esto no es lo que habitualmente pasa el día de hoy, pues la mayoría de las personas usan este arbolito como una tradición o como un juego con sus niños.
El mensaje cristiano del árbol de navidad
Si prestamos atención, el árbol de navidad está lleno de señales cristianas.
Continuemos con la historia del misionero Bonifacio. El usó la figura del árbol para rememorar dos cosas:
- El árbol del Edén, donde el hombre tiene la oportunidad de elegir entre el bien y el mal, obedecer y no obedecer a Dios. Por eso Bonifacio le colgó manzanas, como figura del fruto prohibido. Esto más tarde se habría transformado en las bolas o esferas de color rojo que decoran los árboles de navidad.
- El árbol de la vida, que para nosotros es Jesús, el único que nos da vida eterna. Por eso Bonifacio puso velas, para simbolizar la luz de Cristo que nos guía a la vida eterna.
Con el correr del tiempo, el árbol de navidad fue adquiriendo cada vez más y más simbolismos cristianos:
- La estrella. Colocada generalmente en la punta del árbol, representa la fe que debe guiar la vida del cristiano, recordando a la estrella de Belén que guió a los magos de oriente.
- Las esferas (bolas, borlas, bambalinas, chirimbolos, “adornitos”). Simbolizan los dones de Dios a los hombres.
- Los lazos. Representan la unión de las familias y personas queridas alrededor de los dones que se brindan unos a otros en comunión.
- Las luces. Refieren a la luz del mundo: el Señor Jesucristo.
- La forma triangular del árbol. Representa a la Santísima Trinidad.
- Los distintos colores de los adornos también tienen su significado: azul, las oraciones de reconciliación; plateado, las oraciones de agradecimiento; dorado, las alabanzas; verde, la abundancia, fortaleza y esperanza.
- El pesebre o escena navideña en o bajo el árbol. Es una representación mediante figuras de la escena del nacimiento del Señor Jesús, de manera de fijar en chicos y grandes el acontecimiento fundante de la fe cristiana.
Como vemos, el árbol de navidad posee múltiples elementos para contar la historia del nacimiento del Hijo de Dios. Es una gran oportunidad para hablarle a nuestros hijos de nuestra fe. Es una puerta abierta para proclamar la buena noticia de Jesucristo a nuestros amigos y parientes que se paran frente al árbol a brindar y piensan que el árbol es sólo una tradición sin sentido.
Que esta navidad nos ayude a aprovechar cada uno de éstos símbolos para comunicar la vida verdadera de Cristo en medio de las fiestas.
¡La bendición del Señor y feliz navidad!
1http://estudiobiblicosistematico.blogspot.com/2007/10/viandas-sacrificadas-los-dolos.html